Es muy impresionante ver
que existen tantas adicciones en la vida diaria y que las personas no sabes de
donde provienen o porque nos volvemos adictos a cosas como la tecnología, la
comida, drogas, sexo, amistades dañinas, etc.
El psicólogo Rubén Blasco especialista en Barcelona
dice nos dice que si existe una causa para todas esas adicciones:
“ Primeramente la persona tiene su primer
contacto con la sustancia, o actividad, ésta debe ser atractiva para la
persona y reportarle una gratificación al ser usada, consumida o
ejecutada, esto quiere decir que en nuestro cerebro
esta gratificación se ve reflejada en nuestros núcleos de recompensa
específicamente en el Núcleo accumbens, que sería el responsable decirle al
cuerpo qué nos resulta agradable y qué no. Es por ello que esta zona del
cerebro es la que nos ha dado las claves de las adicciones.”
Después de leer esta información nos dimos cuenta
que las adicciones van mucho más allá de sentir gratificación, si no que nuestro
cerebro recibe señales que nos hacen querer siempre más y más.
Hace poco una persona me dijo: “ Yo creo que el
alcoholismo no es una enfermedad ni una adicción, simplemente la persona no
sabe controlarse y no sabe manejar la situación “. Sinceramente esto me dejó un
poco impactada y por eso me di a la tarea de investigar si las personas somos
adictas porque queremos.
Es cierto que la adicción empieza por un acto
propio y de nuestra decisión pero existen muchos factores que intervienen en la
situación como los genes, la sustancia, el estado emocional, etc. En este blog
me gustaría mucho compartir con ustedes más a detalle algo de esta información.
La cuestión de las adicciones es un tema muy delicado. Cuando una persona desea escapar de la sociedad o del presente, busca cosas que lo distraigan y lo hagan sentir en otra parte. En mi opinión alguien tiene una adicción cuando se llega al punto en el que la persona ya no lo puede controlar o evitar utilizar esta cosa que lo hace apartarse del mundo. Se crea una dependencia hacia algo. Esto crea un caos en la vida de esa persona, pues ella hará lo posible por conseguir lo que necesita, sin importar pasar por encima de los demás, evitar, alejar, o dañar a alguien.
ResponderEliminarExisten varios tipos de adicciones como lo dijeron, a las drogar, al alcohol, al sexo, a los videojuegos, entre muchas otras. Y la cuestión es que los que las tienen necesitan ayuda, tanto como toda persona que los rodea. Las adicciones no son un problema solo para el que la tiene, si no que para su familia, sus amigos, todos aquellos que están en el entorno. Es una enfermedad que se debe controlar, pues pueden llegar a ser fatales.
MIREYA
En mi opinión las adicciones son un producto de la sociedad, Todos los seres humanos somos seres sociales que estamos inmersos en una sociedad y una cultura que nos define nuestra identidad.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo que lo que da origen a una adicción tienen mucho que ver con lo biológico, genético y psicológico, pero el factor que más influye a la hora de caer en una adicción es el social. Por las amistades con las que interactúa el sujeto y el ambiente en el que se desenvuelve día a día, por los estereotipos, por la presión de la sociedad, por encajar en un grupo social, más que por decisión propia la sociedad es la que induce al individuo a caer en una adicción.
Ahora depende de qué entendamos por una adicción, porque no sólo se refiera a una sustancia ilegal o legal, sino que todo lo que se hace en exceso puede convertirse en una adicción, empero existen varios síntomas característicos para que se considere como tal.
Pero se debe analizar cada caso en específico por un experto en el tema, porque un error que cometemos normalmente es dar por hecho algo que realmente no conocemos.
Estoy de acuerdo contigo Mariana, las adicciones aunque pueden ser por causa genética o psicológica, el factor que más influye es el social, pero otro punto que yo tomaría en cuenta es el ocio, este puede ser positivo o negativo pero al no encontrar una distracción o en qué emplear el tiempo provechosamente la gente y es especial el sector de jóvenes pueden recurrir a cosas malas para saciar el tiempo libre, además un ocio al ser tan agradable para la persona también se le puede convertir en una adicción así este no sea en un primer momento dañino por lo que hay que aprender a llegar a un punto medio y nunca sobrepasarlo. Si les interesa conocer más información acerca del ocio los invito a visitar mi blog, ahí publiqué respecto a éste tema. http://socioloedu.blogspot.mx/
ResponderEliminarPara mí, cualquier adicción, ya sea a la comida, al alcohol, a las drogas, a las personas, al sexo, al juego, a Internet, al móvil, a las compras… u otras más aceptadas por la sociedad como el trabajo, el dinero, el éxito, el saber… refleja carencias interiores no resueltas.
ResponderEliminarCarencias interiores que no aceptamos. Y nos equivocamos al intentar compensarlas buscando fuera lo que sentimos que nos falta dentro. Puede que me sienta feo, tonto, poco querido, pobre, tímido, inseguro… y al no poder soportarlo, busco una compensación externa en el dinero, la comida, el trabajo, el sexo, el alcohol, las drogas, otras personas… Evidentemente no es sencillo averiguar qué carencia estamos intentando compensar, claro. Esta compensación externa alivia, pero no resuelve. Como momentáneamente nos alivia, y nos tranquiliza, y nos da cierta sensación de control, se genera el enganche (físico, mental o emocional). Y como no resuelve nada, y nuestra carencia sigue ahí, volveremos a repetir el ciclo.
Las carencias personales, la falta de aceptación de ellas, no saber o no poder vivir con ellas, no poder traspasarlas, hacen que nos perdamos en adicciones externas, que al final no pueden darnos la plenitud y satisfacción que buscamos. Es en la aceptación real y profunda de lo que llamamos carencias (que lo son para nosotros, e igual para otros no son carencias), donde está la clave para no ser un adicto.
Para mí, cualquier adicción, ya sea a la comida, al alcohol, a las drogas, a las personas, al sexo, al juego, a Internet, al móvil, a las compras… u otras más aceptadas por la sociedad como el trabajo, el dinero, el éxito, el saber… refleja carencias interiores no resueltas.
ResponderEliminarCarencias interiores que no aceptamos. Y nos equivocamos al intentar compensarlas buscando fuera lo que sentimos que nos falta dentro. Puede que me sienta feo, tonto, poco querido, pobre, tímido, inseguro… y al no poder soportarlo, busco una compensación externa en el dinero, la comida, el trabajo, el sexo, el alcohol, las drogas, otras personas… Evidentemente no es sencillo averiguar qué carencia estamos intentando compensar, claro. Esta compensación externa alivia, pero no resuelve. Como momentáneamente nos alivia, y nos tranquiliza, y nos da cierta sensación de control, se genera el enganche (físico, mental o emocional). Y como no resuelve nada, y nuestra carencia sigue ahí, volveremos a repetir el ciclo.
Las carencias personales, la falta de aceptación de ellas, no saber o no poder vivir con ellas, no poder traspasarlas, hacen que nos perdamos en adicciones externas, que al final no pueden darnos la plenitud y satisfacción que buscamos. Es en la aceptación real y profunda de lo que llamamos carencias (que lo son para nosotros, e igual para otros no son carencias), donde está la clave para no ser un adicto.